En esta familia de obras, generadas entre 2003 y 2010 aproximadamente, que doy en llamar Ensayos sobre la imposibilidad de ver, se plasma un aspecto de mis puntos de interés en la pintura y en el arte: la cuestión de lo que vemos y cómo lo vemos.
El cruce entre el mirar contemporáneo y la práctica histórica de la pintura es un eje reconocible de mi trabajo. Al pintar me sitúo en la intersección de dos tiempos, el de mi mente digital y el tiempo ancestral del óleo. Allí se produce mi obra.
Pienso la historia del arte como un palimpsesto, una escritura sobre otra, una imagen sobre otra y, en un mundo dónde hay una gran saturación de imágenes, juego con la paradoja de no poder ver, no por ausencia sino por acumulación y superposición.