Sobre las obras del proyecto
EL LIBRO DE LAS EXCEPCIONES
Deurante algunos años trabajé intermitentemente en una serie de pinturas que indagan sobre la idea de excepcionalidad en el arte. A este proyecto lo denomino “El libro de las excepciones”.
Se trata de lo excepcional en el sentido de lo que se aparta de la condición general de su especie, históricamente hablando, así como de las excepciones a las propias reglas de construcción de la obra.
En la historia del arte, considerando la idea de corrientes o movimientos predominantes, hay artistas u obras que no se condicen ajustadamente a estos preceptos, son rara avis de su tiempo.
Por otra parte, el propio concepto de artista pareciera estar referido a la condición de excepcionalidad en cuánto excentricidad de su mirada o visión y conducta respecto del común.
En cuanto a mis propias excepcionalidades, en el caso de las obras de “El libro de las excepciones”, tomo no sólo un fragmento, sino la estructura completa del cuadro que voy «versionar» y por tanto me permito ciertas representaciones más cercanas a la figuración o a lo narrativo y algunos otros corrimientos a mis habituales leyes, como la construcción de objetos y la inclusión de dibujos claramente figurativos, así como fuentes de inspiración no provenientes estrictamente de la esfera del arte.
Este proyecto comenzó en el 2004 y por esa época realicé un grupo de pinturas, ordenadas por capítulos: Del capítulo en el que nuestra heroína se hace aduanera, donde revisitaba a Rousseau, Del capítulo en el que nuestra heroína se convierte a la arquitectura, en el que usé las estructuras arquitectónicas de Richard J. Neutra, George Fred Keck, Walter Gropius, Marcel Breuer y otros como punto de partida de los cuadros, Del capítulo en el que se hace oro, aquí mezclando varias fuentes y siguiendo algunos lineamientos de la alquimia.
Luego vinieron otros, como Del capítulo en el que nuestra heroína participa de Bloombsbury, que fue fuente inagotable de obras. El grupo de Bloomsbury, más conocido por su producción literaria en el nombre de Virginia Woolf, pero de riquísimas obras plásticas como las de Duncan Grant, Vanesa Bell (hermana de Virginia) o Roger Fry y el grupo Omega. O Del capítulo en el que nuestra heroína mira el paisaje con un telescopio, en el que tomo por ejemplo el caso de Klimt y sus paisajes, obra menos difundida de su producción, de excepcional belleza y cuya particularidad radica en los encuadres novedosos para su época, construidos a partir de su interés en la visión desde telescopios.
En Del capítulo en el que nuestra heroína firma Loiseau, aprovecho mi apellido materno (LOISEAU, que en francés significa EL PÁJARO) y desarrollo una serie de dibujos sobre los pájaros en el dibujo, la pintura y otras iconografías populares.
En Del capítulo en el que nuestra heroína escribe un nombre en la arena
el punto de partida es Roberto Aizemberg y una historia secreta que conozco de su vida.
En otros capítulos intentaré exploro algunos movimientos y artistas que están en mi lista de interés como Vuillard, Serusier, Vlaminck, Derain, Kandinsky (su período expresionista), Millais, Giotto, Veneziano, Hockney (sus paisajes), Hokusai y hasta el propio Van Gogh.