En la serie de fotografías adiós, trabajé intentando capturar el tiempo entre dos luces en la ciudad, registrar el momento en que la luz del crepúsculo se desliza en oscuridad y la nueva luz artificial crispa sus colores. Como una balanza de precisión, disparé el obturador cuando las dos luces medían lo mismo. Observando este fenómeno desde una mirada ligeramente desenfocada, que acentúa el borramiento del borde. Momento entre dos tiempos, encuentro entre lo natural y lo artificial, un cruce de dos ciclos que parecieran inagotables. Un adiós a lo que fue y nunca será igual.
adiós, serie de fotografías analógicas, toma directa, 2001