Muestra Volvió el cuerpo al alma
En Smol / cámara de proyectos
Buenos Aires, 24 de septiembre al 30 de octubre de 2022

Texto de sala por Silvia Gurfein
Volvió el cuerpo al alma, una introducción posible

Aunque mi obra se despliega en diversos soportes y medios, mis investigaciones se manifiestan frecuentemente en la pintura, sus preguntas, su vigencia. ¿Se pinta a ciegas, se ve a través del lienzo? ¿Pintar es tabula rasa? ¿Es escritura sobre escritura? Mi trabajo puede leerse como una extensa conversación entre las referencias a la imagen, siempre como ausencia, como fantasma que elude su identificación y el trabajo con los restos(*), los vestigios, lo que parece haber quedado fuera de la vista y ha sido desechado en la historia de la pintura. Un ir y venir entre las acumulaciones de óleo, pigmentos y empastes multicolores y el uso del lienzo como si recogiera el rastro de un cuerpo ausente, el de la propia pintura.

Desde que comencé a pintar guardo los restos de la paleta al finalizar cada día en mi taller. Los descargo en una tela, que va acumulando entonces toda la historia de mi pintura. Cuando esos cúmulos de óleo están secos (esto puede demorar años), empiezo a trabajar con esos restos. Los desprendo, los recorto, los muevo…se convierten en una suerte de piedras preciosas. Mínimas unidades que pueden portar mi propia historia, pero también que llevan la historia del arte, porque sostengo que el óleo la contiene en su ADN.

Esos restos hoy, aquí adquieren su carácter de volumen, de materia tridimensional. Decididamente, de cuerpo. Las titulo Un cuerpo extraño en el ojo.
Esta nueva noción, aparece en mi obrar de forma reciente, se expresa en estas pequeñas esculturas y también en el dibujo. Dibujar me volvió al cuerpo. Caminar es trazar una línea y una línea en el papel puede ser una danza. Mientras tengo la ilusión de que bailo, muevo el lápiz y sigo el sendero que me propone el ánimo, el cuerpo mental.

Silvia Gurfein
Septiembre de 2022

(*)entendido en un sentido relacionado con la palabra latina restus (de sto) y que remite a la idea de estabilidad, firmeza, resistencia. Sería aquello que en la experiencia artística se opone y se resiste a la homogeneización, al conformismo, a los procesos de producción de consenso masificado, vigentes en la sociedad contemporánea, y, más en general, a las tendencias a reducir la grandeza y la dignidad del arte. En la noción de resto está implícita una toma de posición antimonumental y anticlasicista. Si el arte es resto, quiere decir que la idea de la obra como algo armónico y conciliado debe ser dejada aparte porque el arte está atravesado por tensiones internas, conflictos y fracturas. Si el arte es resto, quiere decir que lo entero no se mantiene, no se afianza, se rompe en elementos disimétricos y profundamente discordantes entre si.
Mario Perniola. El arte y su sombra